sábado, 17 de diciembre de 2011

Alejandro Ríos, el Alquimista del Color

Paisaje Aragueño
Año: 1992

Paisaje en Rojo
Año: sin fecha
Técnica: Mixta / Tela
Medidas: 140 x 170 cm

Paisaje
Año: 1992
Técnica: Mixta / Tela
Dimensiones: 100 x 150 cm


Desde mis años de mocedad, frecuentaba el atelier del maestro Ríos, quedando yo atrapado no solo por el color y la forma como el pintor aplicaba en sus telas, sin usar pinceles, ni caballete ni ningún medio convencional que suelen usar los pintores. Cada mañana llegaba yo con la ilusión de convertirme en pintor, me quedaba embelesado y extasiado de la forma como el maestro Ríos lo aplicaba, veladura tras veladura, capa sobre capa fina de tintas, caseínas, acrílicos y todo aquello que desprendiera color.
El Maestro Alejandro aunque oriundo de Nirgua, Estado Yaracuy, se sentía mas aragüeño que nadie, pues cuando llegó a Maracay en los años 30, en pleno apogeo gomecista, las calles de este pueblo todavía eran de tierra y por supuesto nadie, o casi nadie conocía de pintura. me imagino que la única pintura que se conocía era la pintura de pintar casas, tales como negro humo, cal, blanco, blanco de zinc, avestina, sapolín, entre otros.
Me imagino lo difícil para un artista de la época vender un cuadro, en una ciudad como Maracay llena de instalaciones militares y pobreza por doquier. sin embargo, Alejandro perseveró, insistió y se convirtió en el pintor de los Valles de Aragua y de una especie de cronista de estos pueblos.
Después de tanto indagar y experimentar el paisaje tradicional, Alejandro se convierte en un hecho evolutivo, una revelación y una revolución permanente que suprime el tema dando rienda suelta a la libertad de imaginar y componer, develando y desarrollando los tonos de la modernidad o sentimientos de una nueva era.
Solo esa fantasía creadora que circunda a Alejandro Ríos desde su interior es lo que transforma al paisaje y a su sentido estético, su amalgama cromática, su facilidad generaron y como grandes masas que solo el gran ojo del hacedor y el espectador pueden acariciar con su retina sensibilizada.
Por eso dedico estas pequeñas líneas al gran pintor que aunque regional algún día alcanzará su obra la eternidad, maestro de fantasmas, alquimista del color, ¡Que tu viaje al mas allá se entienda como un hasta luego!

Abel Pereira
La vía que Ríos ha tomado para acercarse al pai­saje, difiere de cualquier tendencia basada en la representación, en el retrato de formas. Su paisa­je es, más bien, la interpretación, mediante la bús­queda intuitiva, de una realidad que está más allá del paisaje mismo, pero es revelada a través de él.
Desde etapas muy tempranas de su carrera, Ríos intuye que el paisaje no es únicamente el entorno que percibimos y en el cual podemos distinguir y aislar figuras de la realidad objetiva: árboles, mon­tañas, cielo, tierra, nubes; sino que lo verdadera­mente trascendente del paisaje es lo que en él está por descubrirse, lo que nos dicen sus for­mas, y lo que en nosotros se despierta cuando contemplamos y vivenciamos un paisaje.
..los paisajes de Alejandro Ríos son paisajes in­finitos porque provienen de lo recóndito. Ríos va siempre a ¡o profundo, asumiendo el hecho de ser artista como un compromiso vital, y entendiendo la pintura como una indagación trascendente...
La pintura de Alejandro Ríos surge de este equili­brio entre fuerza emotiva e indagación plástica; la pasión con su temple emotivo y lúcido, envuelve su universo creador integrando vida y pintura.

Textos de Katherine Chacón Tomados del catálogo de la exposición Plenitud del Paisaje

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